LA FOTOGRAFÍA


La imagen congelada de la fotografía
me mira con mis ojos de otro tiempo
y se hace la inocente.
Finge no saber nada
de aquello que le espera.

Y sin embargo busca la muerte en el volante,
la muerte en cementerios,
caídas, atropellos de los que sale indemne.
No hay quien pueda conmigo,
tengo baraka, dice.

Y ríe con mi boca de otro tiempo,
teñida de alegría,
y su gesto, mi gesto de otro tiempo
es pintado con trazos de esperanza.
Ojalá no suceda aquello que está escrito.

Y allá, en lo más profundo de mí misma,
ese ser que carece de ojos y de boca,
ese ser que jamás fue bautizado,
que no tiene raíces y a nadie pertenece
me dice en un susurro:
Tranquila, no te inquietes,
el destino es tan sólo un trayecto de tren
con reserva de plaza,
y ahí tan sólo viaja
la imagen que figura en la fotografía.

  

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