LA ESPERANZA
Si
no creyera en la esperanza...
(Silvio
Rodriguez)
Foto Gabriel Tizon
La pobreza se extiende como el vómito
agrio
de una rata de iglesia ahíta de limosnas.
Llegaron los mil judas a cenar hipotecas
regadas con el hambre de los niños.
regadas con el hambre de los niños.
Y llovieron los besos rebosantes de babas,
y se oyeron campanas que tocaban a muerto,
y el futuro cercano se envolvió
en un triste sudario de amargura.
Pero en medio del pecho
me nace, luna blanca, la esperanza.
Pequeña todavía, algo bisoña,
pero aguerrida y limpia,
repleta de promesas, de mañanas felices.
Una esperanza nívea que sepulta
en el lodo de ayer las ideas caducas.
Una esperanza renovada, firme,
que me arranca las costras de tristeza,
y moldea la arcilla del futuro
a las luces del cambio que amanece.